Accesibilidad

Desafiant • abr 05, 2022

Accesibilidad


Vivimos en una sociedad donde nos llenamos la boca con nuestra solidaridad y nuestra afinidad e interés por las personas con discapacidad y su vida, pero, por desgracia, todo esto habitualmente suele ser de boquilla. Y nos basta con dar una vueltecita por las calles de donde vivimos para verlo.
Se comprende perfectamente que no todo el mundo podemos saber todas las leyes que regulan nuestra vida, a pesar de que la ignorancia no nos exime de cumplirlas. Pero sí que tenemos que exigir que aquella gente a quien hemos escogido para que nos sirva haciendo la tarea de gobierno, las conozca y las haga cumplir.
Y es aquí donde tendríamos que ir al «Real decreto legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el cual se aprueba el texto refundido de la Ley general de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social.» dónde a su capítulo V, artículo 25.1. dice: «Las condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad para el acceso y la utilización de los espacios públicos urbanizados y edificaciones son exigibles en los plazos y los términos establecidos por reglamento. Sin embargo, las condiciones previstas en el párrafo anterior son exigibles para todos los espacios públicos urbanizados y edificaciones, de acuerdo con las condiciones y los plazos máximos que prevé la disposición adicional tercera.1.»
Y en su artículo 26 dice: «1. Las normas técnicas sobre edificación tienen que incluir previsiones relativas en las condiciones mínimas que tienen que reunir los edificios de cualquier tipo para permitir la accesibilidad de las personas con discapacidad.
2. Todas estas normas tienen que ser recogidas en la fase de redacción de los proyectos básicos, de ejecución y parciales, y se tienen que denegar los visados oficiales correspondientes, o bien de colegios profesionales o de oficinas de supervisión de las administraciones públicas competentes, a aquellos que no las cumplan.»
Y a la disposición adicional tercera, punto 1, dicho en el artículo 25, dice en su apartado b: «Para el acceso y la utilización de los espacios públicos urbanizados y las edificaciones: Espacios y edificaciones nuevos: 4 de diciembre de 2010. Espacios y edificaciones existentes el 4 de diciembre de 2010, que sean susceptibles de ajustes razonables: 4 de diciembre de 2017.»
Cómo se puede ver, ya hace días, que han cumplido los plazos a que hace referencia la legislación vigente. Pero, amparándose en reglamentos de ámbito local, superados con creces por la legislación estatal, mezclado con el desconocimiento más o menos interesado, se ve que hay poco interés general en la accesibilidad.
Aun así lo más descorazonador de todo es que, la accesibilidad, tal y como recoge la legislación, no quiere decir que un establecimiento de cincuenta metros cuadrados tenga que dotarse de un baño adaptado de veinte metros cuadrados; pero sí que quiere decir que un escalón se tiene que rebajar a una pendiente de un 10% máximo, o que los pasillos entre lineales tienen que permitir la deambulación de personas en silla de ruedas, o que las puertas de acceso no tiene que ser un impedimento para acceder.
Y si nos fijamos un poquito, la inmensa mayoría, por no decir todas, de las medidas que en general se tienen que hacer, entran dentro de los «ajustes razonables» mencionados y solo dependen de la voluntad de hacerlas realidad.

Por Desafiant 05 abr, 2022
Accessibilitat
Por Desafiant 05 abr, 2022
Qué con una traducción un poquito libre podríamos traducir como: «Quién cuida a los cuidadores?». Puede ser un buen comienzo por habla y saber sobre las personas que cuidan a cualquier persona dependiente o con discapacidad. Y es esta una cuestión muchísimo más pertinente de lo que a mucha gente puede parecer. Por qué muchísimas veces, la persona cuidadora antepone las necesidades de la persona cuidada a ella misma; y muchísimo más cuando las unen lazos afectivos y familiares. Siendo muy contraproducente, puesto que, casi siempre, desemboca en la necesidad de atención sanitaria, tanto física como psicológica, para la persona cuidadora. La consecuencia de lo cual es, que la persona dependiente se encuentre de golpe sin ningún apoyo ni ayuda, quedando desamparada. Y es entonces cuánto aparece el famoso y terrorífico: «... pagando lo que sea». Una frase que siempre acaba siendo un dispendio demasiado oneroso para cualquier familia. Por qué todo el mundo nos sentimos con la obligación hacia la persona dependiente, ya sea por devoción o por un sentimiento de culpabilidad. Es por esto que las personas cuidadoras tendríamos que entender que hay unas pequeñas cosas a tener en cuenta, tanto por nosotras como por aquellas personas a quienes cuidamos: -- No soportar la carga en solitario. No es ningún demérito, sino cordura, pedir y tener ayuda. Y si no existe la posibilidad, e incluso existiendo esta, de repartir la carga entre la familia, la ayuda de profesionales, siempre supone un respiro que favorece una mejor relación en el tiempo propio que dedicamos a quién depende de nosotros -- Lo que lleva a otro punto. No puede estar el 100% de nuestra vida condicionado por la persona cuidada. Se necesita establecer cierta limitación horaria, por la misma razón, la cuidadora -y aquí sí que nombro género, por qué esta «obligación» la ha establecido nuestra sociedad como inherente a la condición de mujer- no se puede quemar. Y quien no sea capaz de entenderlo tendría que pensar en las consecuencias de llegar a estos límites. -- Y pensar un poquito en sí misma. Unos hábitos de alimentación saludables, un poquito de ejercicio reglado para mantener el cuerpo a tono y un poco de tiempo propio para hacer lo mismo con la mente; son fundamentales para poder afrontar la tarea como responsable de una persona dependiente. Por desgracia, hemos construido una sociedad donde la obligación de atender a la dependencia ha sido asignada a las mujeres y con dedicación absoluta, junto con todos los roles domésticos sin reconocimiento laboral y que todavía continúa igual. Por eso, por una mejor atención a las personas dependientes, la ayuda a las que cuidan, en todos los aspectos de esta labor, puede llegar a ser capital para una buena calidad de vida de ambas partes.
Por Desafiant 05 abr, 2022
Que amb una traducció una miqueta lliure podríem traduir com a: «Qui cuida als cuidadors?». Pot ser un bon començament per parlar i saber sobre les persones que cuiden a qualsevol persona depenent o amb discapacitat. I es aquesta una qüestió moltíssim més pertinent del que a molta gent pot paréixer. Per què moltíssimes vegades, la persona cuidadora avantposa les necessitats de la persona cuidada a ella mateixa; y moltíssim més quant les uneixen llaços afectius i familiars. I es això molt contraproduent, ja que pot, quasi sempre, desembocar en que qui cuida necessiti atenció sanitària, tant física com psicològica, el que acaba desembocant en que la persona depenent es trobi de cop sense cap suport i ajuda, quedant desemparada. I es llavors quant apareix la famosa, que jo considere terrorífica: «... pagant el que siga». Una frase que sempre acaba sent un dispendi massa onerós per qualsevol família. Per què tothom ens sentim amb la obligació cap a la persona depenent, ja sigui per devoció com per un sentiment de culpabilitat. Per tot això, les persones cuidadores tindrien que entendre que hi ha unes xicotetes coses a tindre en compte, tant per elles com per aquelles persona a qui cuiden: -- No suportar la càrrega en solitari. No es cap demèrit, si no seny, demanar i tindre ajuda. I si no existeix la possibilitat, i fins i tot sent-hi aquesta, de repartir la càrrega entre la familia, l’ajuda de professionals, sempre suposa un respir que afavoreix una millor relació en el temps propi que dediquem a qui depèn de nosaltres. -- El que en du a un altre punt. No pot estar el 100% de la nostra vida condicionat per la persona cuidada. Es necessita establir una certa limitació horària, per la mateixa raó, la cuidadora - i aquí si que nomeno gènere per què aquesta «obligació» l’ha establerta la nostra societat com a inherent a la condició de dona- no es pot cremar. I qui no sigui capaç d’entendre-ho tindria que pensar en les conseqüències d’arribar a aquests límits. -- I pensar una miqueta en si mateixa. Uns hàbits d’alimentació saludables, una miqueta d’exercici reglat per mantindre el cos a to i un xic de temps propi per fer el mateix amb la ment; son fonamentals per poder afrontar la tasca com a responsable d’una persona depenent. Per desgracia, hem construït una societat on la obligació de tindre cura dels dependents ha estat assignada a les dones i amb dedicació absoluta, juntament amb tots els rols domèstics sense reconeixement laboral i que encara continuen igual. Per això, per una millor cura de les persones dependents, l’ajuda a les que cuiden, en tots els aspectes d’aquesta cura, pot arribar a ser cap-dalt per a una bona qualitat de vida de totes dues parts.
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